Trabajarán conjuntamente para promocionar el talento de jóvenes excelentes que provienen de entornos desfavorecidos económicamente

La Fundación DÁDORIS da un paso más al firmar un acuerdo de colaboración con la Fundación KPMG en apoyo a sus jóvenes excelentes. La firma se realizó el pasado 23 de noviembre entre Pedro Alonso, Presidente de F. DÁDORIS y Pedro León y Francia, Director de Fundación KPMG.

La Fundación KPMG hará una aportación económica para sufragar los estudios superiores de dos estudiantes premiados por la Fundación Dádoris al tiempo que colaborará en la difusión de dicho convenio entre sus empleados con el fin de que puedan participar como voluntarios.

Para Pedro León y Francia “la firma de este convenio, de esta colaboración, está perfectamente alineada con la visión y valores de KPMG de transformar la sociedad, creando valor compartido a través de la Educación desde los valores de integridad, excelencia y coraje.
Pedro Alonso, por su parte, ha manifestado “el agradecimiento y la enorme satisfacción que supone contar con el apoyo de una firma de tanto prestigio como KPMG y poder iniciar una senda de colaboración en apoyo de sus jóvenes”.

La Fundación KPMG tiene como misión dar respuesta a los principales retos de la sociedad española a través de su capacidad de generar impacto y transformación social. Su visión es la de aportar confianza e impulsar la transformación de la sociedad a través de la actuación de sus profesionales, con el fin de apoyar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y promover un futuro mejor para todos.

La Fundación DÁDORIS tiene como misión apoyar financieramente y tutelar a jóvenes preuniversitarios con altas capacidades y rendimiento demostrado, pero sin recursos económicos. Construir una ‘cadena de solidaridad’ en el futuro para que de forma voluntaria puedan, estos beneficiarios, seguir apoyando a otros candidatos similares en sus características y condiciones.

El objetivo de ambas fundaciones es contribuir con el trabajo de dichos premiados al desarrollo económico y social de las sociedades en las que se establezcan, así como involucrar a la sociedad civil en un apoyo más directo, financiero y de tutela, a las futuras élites ayudando a personas que por su debilidad financiera, cultural o familiar, nunca hubieran podido acceder a los estándares de excelencia educativa que por meritocracia merecen.